Hay una línea muy delgada en cometer error en la liberación de un lote alimentario y se agrava está acción cuando llega a ser consumida por un sector vulnerable como los niños, las alarmas se encienden, la prensa escrita, televisiva y redes sociales dan conocimiento a todo un país de lo ocurrido algunos sensacionalistas y otros buscando la verdad de lo sucedido.
Es un tema muy amplio para pocos párrafos que haremos en este post así trataremos de dar un punto de vista técnico que involucre al profesional y los procesos que deberían de contar.
En adelante llamaremos el profesional al responsable de realizar la liberación de un lote, él es el último eslabón de esta cadena, claro está que detrás de ella.
Hay una cascada de personas (jefaturas) y procedimientos concatenados, entonces hacemos la siguiente pregunta: si se libera un lote de alimento y este causa daño a un sector de la población, entonces ¿de quién es la responsabilidad?
Hay un dicho que dice que la cuerda se rompe por el lado más delgado correspondiendo esta premisa quiere decir que el profesional ¿será el único culpable o responsable?, un ensayo de respuesta a esta interrogante es un “depende”.
En cualquiera de los diferentes escenarios que podrían generarse (totalmente discutible y extenso) lo que es cierto que el profesional estará en la palestra de críticas hasta poniendo en discusión sus capacidades, no se podrá evitar esos desenlaces coyunturales.